Un viaje que convirtió a extraños en hermanos y a los sueños en recuerdos imborrables.

Comimos como reyes,
festejamos como estrellas de rocky
nos sentimos fuertes como atletas.
Escalamos montañas antes del desayuno
y perseguimos el sol hasta el horizonte.
Confiamos nuestras vidas a desconocidos
y los convertimos en familia.
Cambiamos de calcetines cada semana
y compartimos valientemente nuestros pensamientos.
Creímos en la magia del momento
y a menudo le aullamos a la luna.

Detrás de nosotros quedan recuerdos inolvidables,
a nuestro lado, amigos para toda la vida,
y frente a nosotros, sueños infinitos.
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